Comienza una serie de cuentacuentos y teatros pensados para niñas y niños de entre 3 y 12 años financiados con el Pacto de Estado contra la Violencia de Género, que ofrecen una ocasión para reflexionar en familia sobre los estereotiposy la discriminación de género.
Basados en adaptaciones de títulos existentes y en otros propios que son contados de forma teatralizada, se pretende m ostrar lo qué es buen trato y mal trato de una forma vivencial para los menores, quienes son invitados a reflexionar sobre las claves para resolver los conflictos que se plantean en las diferentes historias.
Martina es ligera como una pluma. Le encanta volar de un lado a otro de su cuarto rugiendo como si fuese una avioneta. De mayor quiere ser la mejor piloto del mundo mundial.
Adriana es redondita como el punto de la i. Siempre sube los escalones de su casa de tres en cinco porque tiene prisa por abrazar a su queridísimo violín. Sabe que de mayor será una súper violinista.
Jimena es silenciosa y se pasa el día entre libros. Le gusta escribir cuentos y va con su cuaderno de acá para allá imaginando historias alucinantes. Tiene clarísimo que será una escritora reconocida en todo el planeta y un poco más allá.
Las tres, libres y luchadoras, vuelan alto.
María es desmemoriada, por eso la llaman Olvido. Se olvida de todo en cualquier lugar, su padre andaba todo el día tras ella, recordándole mil y una cosas. Un día tuvo que salir a un recado y le encomendó varias tareas, perfectamente apuntadas en un papel, que al minuto siguiente Olvido extravió, porque no recordaba dónde lo había dejado. Cuando su papá volvió a casa se encontró que había regado al gato, había dado galletas a las plantas y todo en el lugar equivocado: los peluches en la bañera, su pijama en el baúl de los juguetes… Todo revuelto. Al día siguiente se encontró que nadie la despertó para ir a la escuela, suelas de zapatos en la tostadora y a su padre leyendo el periódico al revés. Pero papá, ¿qué haces? A lo que él le contestó: Ah, sí, será que se me ha olvidado. María Olvido comprendió la lección y desde entonces prometió no volver a olvidar las cosas importantes.
Un homenaje más que merecido a un grupo de adorables abuelas, todas ellas reales. Si vas a visitarlas, te contarán historias súper increíbles, porque ellas tienen, ¡superpoderes. Y, aunque pienses que eso de las superabuelas y los superpoderes es algo que nos estamos inventando para entretenerte y hacerte reír, espera a escuchar lo que sucedió un día en la residencia de las superabuelas.
Monstruo rosa nació de un huevo, igual que el resto de los y las habitantes de su ciudad. Sin embargo, en una ciudad blanca, con un cielo blanco, y un mar blanco, monstruo rosa era el único diferente, que no encontraba su espacio: siempre le encontraban el primero jugando al escondite, no puede volar a la copa de los árboles como los demás, y tiene una sonrisa muy diferente al resto. Un día, cansado de las burlas de los y las habitantes blancos, decide emprender un viaje, hacia la búsqueda de nuevos colores.
Monstruo Rosa es un cuento sobre el valor de la diferencia. Una historia para entender la diversidad como elemento enriquecedor de nuestra sociedad, Monstruo Rosa es un grito de libertad.
¡El sol se ha caído! Nadie sabe cómo, pero es cierto. El caso es que todo se ha quedado a oscuras y hace un frío que te pelas. A Flora el apagón le ha pillado cuando estaba sacando las macetas al balcón, para que les diera la luz. A Piticli, tomando el solen una playa de Albacete.
El problema es enorme porque, como todo está completamente a oscuras, no hay quien sea capaz de ver un pimiento. ¡El mundo está sumido en el caos! Buscando un lugar donde encender una luz y entrar en calor, Flora y Piticli llegan al escenario, donde encuentran… ¡una manta! A partir de aquí, surgen un montón de preguntas: ¿cómo es posible que se haya caído el sol?, ¿por qué, si el sol se ha caído, la Tierra sigue girando?, ¿qué consecuencias va a tener para la humanidad una catástrofe tan tremendísima?
En esto, Flora y Piticli conocen al Señor Smith, un ciego vagabundo que toca la guitarra y vende cupones y pingüinos de juguete. Los tres juntos tratarán de encontrar una solución para que todo vuelva a ser como antes, con el sol arriba, en el cielo, separando los días de las noches y las estaciones de los aeropuertos y todo eso que hace que el sol resulte tan, tan necesario para los terrícolas.
En este caso, la experiencia teatral va más allá del escenario, por ello se propone salir de los espacios convencionales y ocupar las calles para otros públicos ampliando el alcance de la acción teatral y promoviendo la reflexión a partir del impacto, la provocación y la sorpresa.