Con motivo del Día de la Mujer, que se celebra el 8 de marzo, la Asociación de Mujeres Alcoranas y el Ayuntamiento de Villarejo de Salvanés, presentan una nueva edición del Certamen Literario «La mirada femenina» en que podrán participar todas aquellas mujeres mayores de edad que lo deseen.
Se podrá concurrir en las siguientes CATEGORÍAS:
- Prosa: Dirigida a poemas que reflejen el universo femenino escritos en lengua española.
- Poesía: Dirigida a relatos breves que reflejen el universo femenino escritos en lengua española.
PREMIOS
Se establecen tres premios para cada categoría que consistirán en:
- Una caja experiencia por valor de 120€ para las ganadoras de cada categoría.
- Una caja experiencia por valor de 60€ para las segundas clasificadas de cada categoría.
- Un vale por un pack cena/comida fin de semana por valor de 60€ a disfrutar entre Bodega de Quintín, Restaurante La Tercia, Gastrobar Carmelo, Asador Villarejo, Pizzería Ventura, Cervecería-Bar Pichi o Restaurante El Empecinado.
La entrega de premios se realizará en acto público en Villarejo de Salvanés el 8 de marzo a las 18:00 coincidiendo con el Día de la Mujer. A pesar de que se habrá un aforo muy reducido, para la entrega de los galardones será necesaria la presencia física de la participante ganadora o de un representante acreditado, en caso de no poder asistir.
PLAZO Y FORMA DE ENTREGA
Los trabajos concursantes podrán ser entregados hasta el jueves día 24 de febrero de 2022.
A fin de evitar la manipulación de documentos impresos, para esta convocatoria todas las obras participantes se recibirán a través de correo electrónico a la dirección monica.garcia@ayto-villarejodesalvanes.es y cumpliendo con las condiciones especificadas en las BASES [ > DESCARGABLES AQUÍ]
Estas son las obras ganadoras en las distintas categorías:
PRIMER PREMIO PROSA: «EL PERDÓN DE OLIVIA»| Carolina París García
Hay días, y días. Olivia volvía tarde de su última conferencia. Estaba revuelta y algo más triste que en otras ocasiones. Elena se lo notaba. Le apretó la mano durante todo el vuelo de regreso a casa. Y es que a veces, a pesar del tiempo, aquella herida aún dolía demasiado.
Oli tenía tan solo 19 años cuando pasó a ser un número más en aquella cruel y larga lista a la que nadie prestó atención hasta demasiados años después. La de miles de mujeres con discapacidad que fueron sometidas en nuestro país a una práctica de “esterilización forzosa”. En su caso, como en el de otras muchas, aquello ocurrió sin su conocimiento y por descontado, sin su consentimiento.
Sus padres habían ya iniciado el proceso de incapacitación, y casi al mismo tiempo también tomaron la decisión de realizarle a Oli la ligadura de trompas. Aconsejados por su médico de familia, tan solo tuvieron que solicitarlo al juez de instrucción, quien, resuelto el papeleo, autorizó la intervención.
El quirófano era muy feo, pensaba. Desnuda y con las piernas abiertas en el potro Oli tiritaba de frío. A pesar de todo, estaba tranquila. En parte porque llegó hasta allí con la convicción de que le iban a someter a una pequeña intervención que le ayudaría a mejorar sus insufribles dolores de regla, y que además le prevendría de la aparición de nuevos quistes en los ovarios. No necesitó más argumentos. Confiaba en sus padres y acudió junto a ellos al hospital, de donde salió ese mismo día, dolorida, vulnerada y estéril.
___
Su discapacidad intelectual nunca le impidió ir construyendo una vida normal, si es que alguna lo es. Es cierto que en el colegio hubo momentos muy complicados. Al principio, por las dudas e incertidumbre de saber que no iba como debiera. Sus padres lo sabían desde hacía mucho antes, pero establecieron un silencio que, lógicamente no pudo sostenerse en el tiempo. Tras meses de pruebas y valoraciones llegó el diagnóstico. Con un CI (coeficiente intelectual) de 58, oficialmente tenía una discapacidad intelectual leve, cerca de la llamada inteligencia límite (CI 60).
Oli era un roble, poco amiga de quejas, medicinas y mucho menos de médicos. Sin embargo, se decidió por fin a acudir a una revisión ginecológica. María y Valentina ya tenían cita y se unió a ellas, porque así, al menos, se aseguraría la merienda de los jueves: tortitas con nata y caramelo.
Sin embargo y como suele decirse, la vida es aquello que te va sucediendo mientras tú te empeñas en hacer otros planes. Al salir de la consulta, no. No hubo tortitas, ni nata, ni caramelo. Se despidió de las chicas apresuradamente y tan solo caminó. Lo hizo durante casi dos horas hasta que sus pies, que no su cabeza, le llevaron a ver a Elena. Ella era su terapeuta y orientadora. Sentada frente a ella, se rompió.
Aunque intentaba disimularlo, Elena estaba tan helada como ella. Le preguntó si estaba segura, incluso le dijo que, si le importaba mostrarle el informe donde se detallaba que, efectivamente la ligadura de trompas era un hecho. Ambas perdieron la noción del tiempo intentando encajar todas las dudas. ¿Cuándo? ¿Cómo? ¿Por qué?…
Aunque no fue fácil, consiguió por fin que se marchase a casa e intentase descansar, y que además lo hiciera sin pasar por casa de sus padres. No era el momento. Demasiada ira. Demasiada incomprensión. Demasiado dolor.
Esa noche y las siguientes las pasó sin dormir, ella, que era como una marmota. María y Valentina, sus compañeras de piso y de batallas, fueron su mejor salvavidas en aquel momento. Las tres compartían un pequeño apartamento tutelado cerca del centro. Eran, amigas, de esas que la vida te regala y que se convierten, casi sin darte cuenta, en la familia que uno elige. Las tres mosqueteras decían. Hasta lograron convencer a Elena para adoptar aquel gatito negro que merodeaba a menudo por el patio de la urbanización. Como no podía ser de otra forma, se llamó D’artagnan.
Pasados tres días los padres de Oli llegaron puntuales a la reunión que Elena les había solicitado. No fue fácil. Concha tomó la palabra primero: se lo aconsejó su médico de toda la vida. Era lo más responsable, les dijo. Oli era muy joven y algo desmelenada, argumentó. Salía con su grupo de amigos todos los fines de semana, y de quedar embarazada, fíjate que disgusto, ¿cómo va a cuidar a un bebé?, ¿qué diría la familia? ¿y los vecinos? Además, llegado el caso, ellos ya estaban mayores para criar a un nieto. Elena escuchaba todo aquello intentando, a duras penas, mantener algo de perspectiva y compostura. Era un procedimiento muy habitual, continúo Javier, sencillo y ambulatorio. Era lo mejor. Eso les dijeron. Y ellos, como tutores, decidían. Tras el protocolo, el papeleo, simplemente, sucedió.
Nadie preguntó a Olivia. Era su cuerpo, era su dignidad, era su vida. Pero no, nadie le preguntó.
Conseguir que accediese a ver a sus padres le costó a Elena varias semanas más. Ellos estaban rotos y preocupados. Ella solo respiraba ira y dolor. A un primer encuentro donde sólo hubo gritos, le siguieron otros donde sólo hubo silencios. Finalmente, Oli pudo resolver algunas dudas superficiales sobre cómo fue el procedimiento, si su falta de calcio en los huesos y sus desajustes hormonales tan prematuros tenían relación con aquello… ¿El resto de dudas? Aún hoy no las ha resuelto. Hubo muchas explicaciones, sí. Pero ninguna era válida para ella. ¿Lo peor? Que no le pidieran perdón. Quedó rota.
Necesitaba escapar. Tenía todo el derecho de hacerlo, incluso aunque fuese un error, sería su error. A todos les pareció una locura que se marchase. En Valencia tenía su vida, su familia, su trabajo y la fundación que le ayudaba a que todo ese engranaje funcionase. Pero ella no claudicó. Su determinación era fulminante cuando decidía algo, y después de descubrir todo aquello, necesitaba poner tierra de por medio, y hasta un mar entero en este caso.
___
Con la cabeza apoyada en la ventanilla del avión y las emociones a flor de piel, Oli intentaba controlar la ansiedad que estaba sintiendo. La suma de sus nervios y sus miedos nublaban la determinación que hasta entonces había guiado sus pasos. Aun así, su llegada a la isla fue mejor de lo esperado. Lucas la recogió en el aeropuerto y la acompañó a su nuevo hogar, a su nueva vida.
Aquel pequeño hotel rural, “Villa Bonita” se convirtió en su refugio y sus compañeros de trabajo, en su familia. Además, tras varios años allí, llegó Alex, para cuidar a los animales de la finca. Conectaron desde el principio, y aunque necesitaron algo de ayuda para comenzar su historia, ahora eran ya una pareja llena de alegría, de vida y de muchos planes.
Alquilaron un pequeño apartamento en un coqueto pueblecito a pocos kilómetros de “Villa Bonita”. Era muy pequeño y con tan solo una habitación, pero al menos el precio era muy asequible y les permitía vivir sin demasiado esfuerzo de llegar a fin de mes. Menorca les daba esa calidad de vida que muy pocos sitios ofrecen.
Su trabajo era sencillo y además le permitía conocer gente nueva cada año. A la llegada de los huéspedes, Oli, que era puro carisma, les indicaba dónde estaba su habitación, los horarios de comidas, los servicios del hotel y las rutas y actividades que podían hacer durante su estancia. También servía los desayunos y cuidaba que las habitaciones quedasen perfectas para recibir a cada nuevo huésped. Incluso había aprendido a colocar las toallas con formas de cisnes y flores, algo que se convirtió en su sello personal.
___
Era feliz joder, vaya si lo era. Y lo suyo le había costado. Casi veinte años en la isla le habían hecho sentir que aquel era su sitio, su hogar. Eso sí, la sombra de aquel recuerdo nunca desaparecía. Sus padres se habían esforzado mucho para mejorar las cosas y ella lo valoraba. El paso de los años, la perspectiva y el pensamiento social había cambiado. Aunque es imposible volver sobre sus pasos, seguramente ahora, Concha y Javier no tomarían la misma decisión de entonces, pero esa, es otra historia.
Cuando colgó el teléfono, corrió a contarle a Alex la propuesta de Elena. La fundación quería contar con ella en su lucha para conseguir la erradicación, cada vez más cercana, de las esterilizaciones forzosas en España. Sería una cara visible y un testimonio real que daría mayor fuerza en las próximas convenciones y jornadas que estaban planificadas a nivel nacional.
Así fue como Olivia se convirtió en activista en esta causa que era la suya propia. Durante los años siguientes viajó a multitud de ciudades de todo el país. Incluso tuvo la oportunidad de ir a Bruselas, donde pudo contar su experiencia ante decenas de políticos de diferentes nacionalidades. También viajaron a Latinoamérica, donde los datos de estas mutilaciones eran, si cabe, mucho peores. Era su bálsamo. Sentía que al menos estaba poniendo su granito de arena para que, ojalá muy pronto, ninguna mujer tuviese que vivir una experiencia similar a la suya. Sus intervenciones eran cada vez más elaboradas, mejoró su expresión, sus habilidades sociales y sobretodo, conoció a mujeres que habían vivido su misma experiencia y con las que pudo hablar desde el desgarro de sentirse igualmente heridas.
___
Decenas de personas trajeadas la acompañaban en aquella sala. Algunas le sonaban, otras no tanto, pero las presentía importantes por el interés que suscitaban a su alrededor. Elena y su madre le acompañaron en aquel acto. Era diciembre de 2021. Tras unos segundos de silencio, subió al atril la ministra de Derechos Sociales. Acompañada a derecha e izquierda por la ministra de igualdad y por el director general de los Derechos de las Personas con Discapacidad, tomó la palabra para decir, por fin, lo que Olivia, y miles de mujeres, esperaban y merecían:
“En mi nombre y en el del gobierno de España, quiero pediros perdón. Nunca debió vulnerarse de esta manera el derecho de las mujeres con discapacidad a decidir sobre sus propios cuerpos ni debió tardarse tanto tiempo en prohibir esta práctica. Sabemos que no podemos cambiar el dolor que os produce lo que pasó, pero sí queremos que sepáis que, de corazón, lo sentimos y que estamos determinadas a cambiar para mejor el futuro de las mujeres y las niñas con discapacidad”.
LA HISTORIA DE OLIVIA ES SÓLO FICCIÓN. OJALÁ TAMBIÉN LO FUERAN LAS DEMÁS. SOLO DESDE 2008 HASTA 2020, LOS JUECES ESPAÑOLES RESOLVIERON UN TOTAL DE 1.144 PROCEDIMIENTOS DE ESTERILIZACIONES FORZOSAS CONTRA PERSONAS CON DISCAPACIDAD INTELECTUAL SIN SU CONSENTIMIENTO, EN SU GRAN MAYORÍA MUJERES, COMO RECOGEN LOS DATOS DEL CPPJ. AUNQUE AFORTUNADAMENTE ESTA PRÁCTICA SE HA LOGRADO ERRADICAR EN NUESTRO PAÍS, AÚN SIGUE VIGENTE EN OTROS MUCHOS. SOY TERAPEUTA OCUPACIONAL Y TENGO EL PRIVILEGIO DE TRABAJAR CON MUJERES CON DISCAPACIDAD INTELECTUAL. MUJERES VALIENTES, ALEGRES, NOBLES Y LLENAS DE PROYECTOS DE VIDA QUE TAN SOLO NECESITAN CONTAR CON LOS APOYOS NECESARIOS Y QUE POR DERECHO LES CORRESPONDEN PARA PODER ALCANZAR LO QUE TODOS ANHELAMOS, UNA VIDA PLENA.
EL 16 DE DICIEMBRE DE 2020 SE PUBLICÓ EN EL BOE LA LEY ORGÁNICA 2/2020 DE MODIFICACIÓN DEL CÓDIGO PENAL PARA LA ERRADICACIÓN DE LA ESTERILIZACIÓN FORZADA O NO CONSENTIDA DE PERSONAS CON DISCAPACIDAD INCAPACITADAS JUDICIALMENTE. EL 18 DE ESE MISMO MES ENTRÓ EN VIGOR.
PRIMER PREMIO POESÍA: «MUJER DE MIL NOMBRES»| Sara González Mellado
Ella es fuerza y valentía,
es furia y torbellino.
Ella es debilidad, risa y refugio.
Ella es un día de junio
con el sol ardiendo
y al segundo
tormenta de verano.
Ella es impulsiva, pasional y libre.
Es nervios y orgullo pero
frágil y sensible.
Ella es enorme y a la vez pequeña.
Es ambición y aventura,
locura y calma.
Ella es diversión, confianza y amor.
Es hogar, cobijo.
Ella es fuerte, saltarina de obstáculos sin rendición.
Se cae y se levanta sin mirar al suelo.
Sola.
Ella sigue adelante.
No mira al pasado si no es,
solo,
para coger impulso.
Ella es una leona, peleona.
Me da la mano y me regala
una pizca de su fuerza.
Ella es todo lo que ya es y todo lo que le queda por crecer.
Es ejemplo.
Es mil cosas a la vez.
Ella es mujer.
SEGUNDO PREMIO PROSA: «MI ABUELA Y LA INFORMÁTICA»| Gema Puertas Díaz
Mi abuela tiene 80 años y nació en un momento en el que la informática no existía, pero el mundo cruel y veloz en el que vivimos ha hecho que tenga que aprender a usar la tecnología si quiere sobrevivir a este mundo loco.
Por contarles alguna que otra anécdota. La Asociación de mujeres de mi localidad, muy aplicadas ellas, hacen cursos para aprender a usar las nuevas tecnologías. Les enseñan a usar el what´s app, las Redes Sociales y a escribir sus memorias. ¡Madre mía! Deberíais de ver cómo ha avanzado, de hecho, yo creo que será la nueva Bill Gates de las tecnologías.
Para su cumpleaños, ha pedido que le regalemos un móvil de esos que tienen de todo, y ha pasado de tener un móvil que solo servía para llamar (no normal en los teléfonos) con unas teclas de tamaño de piezas de dominó, a un móvil con ochocientos iconos de todos los colores y funciones.
Y allá vamos, recibo llamada de mi abuela.
-Dime abuela
-Hija, te llamo desde el nuevo teléfono, sabes…
-¡UY! Abuela, no te escucho… ¿Abuela?…
Miro la pantalla y nada, cuelgo y vuelvo a llamar, comunica, vuelvo a llamar y sigue comunicando, 5 minutos más tarde sigo llamando. ¿Pues que estará haciendo? A los 10 minutos consigo hablar con ella.
-Abuela… ¿Qué haces?… Me has dejado en espera
-¿El que dices de que me esperas?
-Sí abuela, tu hablabas y yo no te escuchaba.
-Y… ¿Desde cuándo no me has escuchado?
-Abuela, me has dicho te llamo desde el nuevo teléfono, y ya no he escuchado nada más.
-Pues yo no te voy a contar otra vez todo lo que te había contado, ¡pues anda que! Con todo lo que he estado hablando, si no me has oído es tu problema, que no escucháis nunca…. Esta juventud… no estáis en lo que tenéis que estar…
-Al final, ya se yo que la culpa es mía. Y es que siempre dicen lo mismo.
Otra anécdota son las redes sociales. Ella va todas las mañanas al Centro de Día, allí les enseñan muchas cosas y les hacen disfrazarse, bailar y cantar…. Están súper entretenidos. Un día, la vistieron de chulapa.
-Abuela, ¡Qué guapa que estás bailando un chotis?
-¿Y tú como sabes eso?
-Abuela, es que en el Centro os ponen la foto en el Facebook
-¿En el que…?
-Mira
Saco el teléfono y le pongo la publicación.
-¡Uy! Pues cuando me has hecho tú la foto, si yo no te he visto ir
-No abuela, que yo no he ido, que lo ha puesto ellos
-Y si lo han hecho ellos, ¿Cómo lo tienes en tu teléfono?
-Abuela, ellos lo ponen y todos lo pueden ver
-¿Todos?, ¿La tía Manoli y el tío Juan pueden verlo también?
-Claro, si tienen Facebook
-Bórrame, Bórrame que van a decir que si estoy de jarana, y mira que pintas llevo.
-Abuela, yo no te puedo borrar, mañana se lo dices a los del Centro para que te borren.
-A ver hija, – coge mi teléfono, y sin querer oculta la pantalla – Hale, ya está borrado, ves ya no estoy
– No abuela, no está borrado mira – y vuelvo a poner la pantalla, esta vez sale su compañero vestido de chulapo.
A mi abuela le da un ataque de risa, tanto que se tiene que apoyar la espalda en el sillón.
-Mira como le han puesto a Pedrito ja ja ja, pues ¡No le han pintado un bigote como a Dalí!, anda que se ve hermoso. Enséñame más fotos hija.
Y allí estuvimos un buen rato viendo como a los mayores les visten de chulapos y bailan el chotis.
Hace unos días. Dieron la clase del “guasa”, y de tarea, les mandaron enviar un mensaje por audio. 37 minutos, ¡Madre mía! ¿Pues que estará hablando 37 minutos? Comienza el audio: “¿Me se escucha? Digo yo que sí que se me escuchará, yo no oigo na, digo yo que te enviaré bien la prueba. Mira hija estamos en clase que dan las de la Asociación, y nos han dicho que tenemos que mandar un audio, que es un mensaje que se graba y se puede mandar por wasa y he dicho, pues a quien se lo envío yo, porque a ver, a tu madre no se lo puedo mandar, y a mis amigas menos porque no van a saber cómo escucharlo, porque están aquí en el mismo curso que yo, y si yo no sé escucharlo pues ellas tampoco, así que he dicho pues se lo envío a mi nieta, que ella sabe mucho de informática, porque como viene a casa y me arregla la televisión, ¡uy! Ahora que hablo de televisión, pues si empieza la novela, espera hija que voy a encender la tele a ver si ya ha empezado la novela, porque como acabo de recoger la cocina y tu abuelo esta echado, voy a aprovechar a ver la novela que luego no me entero…” Hay un silencio durante unos segundos y de repente se escucha una conversación de acento sudamericano, y a mi abuela de fondo “Hale, ya ha empezado y yo liada con lo del teléfono, es que al final me va a quitar mis quehaceres estos cacharros” Mientras Carlos David y Juana Antonia se disputan de quien es el hijo de Alfredo Juan. Le doy a más velocidad para intentar escuchar si en los 37minutos, hay algo importante que tenga que saber, pero de repente, se corta el audio… se ha debido de dar cuenta de que estaba enviando un audio infinito. A la hora y media, me aparece el número fijo en mi móvil.
-Dime abuela
-Hija, se me ha roto el teléfono, se ha quedado la pantalla negra.
-Abuela, ¿No se te habrá apagado el teléfono?
-No hija, si yo no le he apagado, se me ha roto estoy segura.
-Pero abuela, has dejado un rato grabando un audio porque me he enterado de toda la novela en el audio que me has enviado.
-Ya estás, yo no he mandado nada, se habrá mandado solo.
-Luego voy abuela, y te lo arreglo. Mientras tanto enchúfalo y lo vas cargando.
Cada día es una aventura nueva para ella. Os voy a contar la videollamada grupal por su cumpleaños. Os podéis ir haciendo una idea, los 4 nietos y ella.
-¡Felicidades abuela! (los 4 a la vez) Cumpleaños Feliz…..
-Hola hijos, pues como hacéis eso… ¿Qué estáis, todos juntos?
-No abuela, cada uno en su casa
-Y ¿Cómo os puedo ver? ¡Uy que grandes estáis! Desde que llevo sin veros.
La abuela se da un beso en su mano y lo pasa por la pantalla. Ya ha llegado el problema, ha bloqueado a dos, ha colgado a uno y yo que me he quedado enganchada con ella.
-Ya se han cansado tus primos hija, que pocas ganas tienen de hablar con la abuela.
-Abuela, les has colgado
-¿Yooooo? Dios me libre, con las ganas que tengo de hablar con ellos y el tiempo que llevo sin verles. Habrán sido ellos que no tienen tiempo de estar un rato con su abuela.
-Espera abuela, no toques que intento arreglarlo. – Vuelvo a llamar a mis primos- Abuela ¿Dónde estás?
Hale, ya ha dejado el móvil encima de la mesa, y allí estamos los 4 gritando a la abuela para felicitarla, y ni caso. Así que después de estar un rato hablando, nos despedimos, quedándome yo pillada con mi abuela en la videollamada porque no me cuelga. Al final, como siempre, tenemos el fijo que nos salva muchas veces.
-Dígame
-Abuela soy yo, nos has dejado colgados y ya han colgado los primos, puedes colgar el teléfono.
-Pues si me has dicho que lo ibas a arreglar, ¿A que no se querían poner?
-Abuela, hemos estado 5 minutos esperando, y llevamos viendo el techo de tu salón un buen rato.
-Pues ¿Dónde estáis hijos? ¿Que estáis en la ventana?
-No abuela. En el móvil, que has dejado el móvil encima de la mesa.
-No te entiendo hija
-Abuela, coge el móvil y dale a colgar, que todavía estoy viendo el techo y luego me paso a verte y a felicitarte.
Mi abuela y el cajero automático. Ahora como les ha dado a los bancos por decir que los mayores tienen que usar la tarjeta, he ido a enseñarle como sacar dinero, bueno, como intentar que lo entienda.
-Hija, yo esto no lo veo
-Ya abuela, pero hay que intentarlo, mete la libreta o la tarjeta
-¿A dónde hija?
-En la ranura
-¡Ay madre! Que se la ha tragado
-Que no abuela, que es para empezar. Hay que poner la contraseña.
-Yo no tengo de eso
-Te la dieron ayer apuntada
-Sí pero está apuntada en la libreta
Anulamos la acción, sacamos la libreta, y en la última hoja tiene apuntado en números grandes 1-2-3-4
-Abuela, la contraseña son estos números que tienes apuntados en la última hoja, es 1234
-Ya lo sé hija
-Pues no me has dicho que no tenías eso
-Porque yo no sé lo que es la contraseña, haberme dicho el número para sacar cuartos.
-¿Cuánto quieres sacar abuela?
-5 € para ir a por el pan
-Abuela, 5€ no se puede sacar tienes que sacar mas
-¿Y para que quiero yo sacar más? Así me lo gasto
-Abuela, para que sepas como se saca el dinero… ¿Sacamos 20€?
-Pues saca 20, ¿Qué quieres que te de la paga?
-No abuela, es para que sepas como tienes que sacar
-Pues si yo paso y le digo a la chiquilla esa del mostrador que me lo dé y ella me lo da
-Que no abuela, que a partir de ahora lo tenéis que hacer vosotros
-¿Yo?… Yo paso dentro
-Déjalo abuela, ya voy yo cuando necesites y te lo saco.
A los señores de los bancos, de las pensiones, de los teléfonos, del TDT, de las televisiones, de los mandos… ¿Es necesario hacer aprender tan rápido a nuestros mayores? La mayoría de las mujeres rurales intentan meterse en este mundo loco, intentando aprender rápidamente y hacerse con la tecnología. Las videollamadas para ver a sus nietos hacen que los puedan tener más cerca. Las RRSS hacen que se comuniquen e intenten modernizarse para entrar en un mundo que va muy deprisa y en continuo cambio. El lema es “Nunca dejes de formarte, aunque seas mayor, aunque no tengas estudios, sólo con el interés y las ganas de aprender formarás parte de este mundo loco de la tecnología, que nos hace a todos volvernos chiflados”
SEGUNDO PREMIO POESÍA: «ÁMATE»| Lidia García-Patrón Ayuso
Tu cuerpo, mujer, del que brotan flores
y de su simiente un vergel.
Riégalo con la bruma de cada marea,
clama en cada Luna
y reclama por la mañana todas tus angustias.
Sumerge tu ombligo en tibias aguas
y quiebra albores en toda su espesura.
Mujer, la lucha también es tuya,
ármate y vuélvete ruda,
deja que la duda se aleje y diluya,
camina, salta y arranca.
Fuerte en templanza,
libre en tu mirada,
abarcas en todo lo que alcanza.
Esta noche te mecerán las olas del mar,
amarra tus sueños que se cumplirá.
TERCER PREMIO PROSA: «SIN TÍTULO»| Salina Carrasco Gutiérrez
Estaba tumbada en la cama de lado, a punto de dormirse. Notaba la fuerte tormenta golpear las persianas y rugir con desesperación al otro lado. Había dejado de llover hace un rato, pero el viento era como un niño salvaje y curioso: ahora golpeaba aqui, luego jugaba con la ventana del pasillo, luego se arremolinaba en las ramas del cerezo en el jardín…
Ella apretó los ojos con más fuerza aún y frunció el gesto. Con un susurro ronco protestó por el escándalo de la borrasca a ésas horas de la noche.
Sintió frío, pero su cuerpo y su mente estaban justo en ese momento en el que todo te pesa tanto, que lo que pase en el mundo de los despiertos empieza a importante bien poco.
SSSSSHHHHHHHHHHHH
Al mismo tiempo que el viento volvía a aullar sintió un cálido abrazo. Alguien la envolvía con sus brazos, y por un par de segundos sintió mucha paz.
Pero aunque sabía que no estaba dormida, notó una extraña sensación de vértigo en la boca del estómago y abrió los ojos bruscamente, deseando que su presentimiento fuese real. No. Estaba sola. No había nadie a su lado, ni siquiera dentro de la habitación.
– ¡Era ella!- Al día siguiente, mientras tomaba café con sus hermanas, no paraba de repetir su historia una y otra vez – ¡Estoy segura de que era ella!.
Yo, tomándome un café al otro lado de la mesa, no pude sino tratar de disimular una risita aguda con una tos repentina.
– Era nuestra hermana – repetía, tenía los ojos desencajados, las manos sobre la mujer que estaba más cerca. – Sé que era ella porque no sentí miedo.
Y mientras volvía a repetir la historia de la tormenta y el abrazo, observé con interés las expresiones de todas La hermana más cercana asentía. Otra, un poco más lejos soplaba su café caliente. La más pequeña la miraba atónita, de pie junto a la cafetera.
– Sí que puede ser ella sí. – dijo la pequeña- Es algo que ella haría.
– Y acordaos de lo que le pasó a padre -dijo la que tenía más cerca, con voz profunda, y juraría que incluso un poco burlona.
Yo me puse a dibujar en una servilleta de papel. Era la única allí que no era de la familia y me sentía un poco intrusa del momento. Además, nunca he creído en los fantasmas.
– Sí la echas de menos, seguramente ha venido a verte. -prosiguió la hermana pequeña con voz maternal – Éso es así.
– Pienso en ella cada día.
– Y yo – respondió la mediana.
– Y yo – conminaron las otras dos.
Se callaron un momento. Mi cara se enrojeció al pensar que yo no la tenía en mente ni dos veces por semana, pero creo que nadie lo notó. Tosí de nuevo.
– Es que tenía que ser ella. Sentí un calorcito, y ésa presión en los brazos…Y mientras volvía a contar la historia del fantasma de la hermana muerta, me di cuenta de que lo importante no era el tema, lo importante era poder pasar allí el rato juntas, disfrutar de la compañía de otras mujeres, fuertes y valientes, que pese a las piedras del camino y las ausencias, continúan adelante con la vida que les queda por andar.
TERCER PREMIO POESÍA: «QUIERO VERTE IMAGINAR»| Ana Isabel Fernández Sánchez-Migallón
El resto de obras participantes son:
«LA NOCHE FRÍA DE UNA INFANCIA»| Blanca Guerrero Martínez
Cerradas todas las puertas, esto es una sepultura
hay que calles tan desiertas y que noches tan oscuras.
Corriendo a todo correr a Madrid la vuelta di.
¿Qué se abrirá para mí?. ¿Quién me querrá recoger?
Diez horas andando llevo y el aliento me faltó. ¿Tendré que volver? .
Ay no, me van a pegar de nuevo y ya he sufrido bastante. Martirizada me tienen.
¿Qué se oye?. ¿Quién va?. Los guardias vienen…. No, pasan adelante.
Esos hombres son muy malos, lo he dicho y lo repito.
¿Cuál ha sido mi delito?. Pasar hambre y llevar palos.
Si me atreviese a llamar a esa puerta…No me querrán amparar.
Ánimo, los hay de buen corazón, la puerta tiene un letrero, no llamo, no,
que será la prevención. Que cansada, ni un banco ni luz ni nada.
Qué lejos la luz del día, qué cielo tan inclemente
qué noches tan diferentes a otras noches madre mía.
Sobre la mesa un quinqué, papá empieza a trabajar,
mamá hace volar la máquina con el pie.
Un gato en eterna siesta en mis piernas se hace un lío,
y yo le digo hijo mío y él marra-miau me contesta.
Unos cosiendo, otros hablando, las horas van dando y dando
mi cabeza va cayendo, mis ojos se van cerrando.
Mamá de acostar me cuida y entre ambos les digo adiós,
y dos besos de los dos, en paz me dejan dormida.
Diez horas de sueño nada son para mí,
pues me despierta mi gato jugando sobre la almohada.
Llamo y a venir se prestan y dos besos me levantan, los dos mismos que me acuestan.
Entre cantar y coser, la vida así iba pasando.
Pero una noche cesó la máquina de coser.
¿Por qué mamá no me llama?. Dije a mi padre llorando. Tu madre… tu madre se muere.
Corrí a su lecho llorando y entre los inertes broches de sus labios,
con exceso le pagué todos los besos que me dio todas las noches.
Ya nunca la he vuelto a ver. Yo lloré a la madre mía.
Mi padre…mi padre un día me presentó a otra mujer, que ceño, que nombre Andrea, alta delgada y huesosa , el me dijo que era hermosa , yo le dije que era fea.
Él me dijo: ahora va a ser tu madre.
Y mi respuesta fue, que era una sola pensé, la madre que uno tenía.
-Pues lo es y lo será, ahora vas a respetarla.
¿Qué es esto, quién va?. Son hombres que van cantando, me da miedo de esos cánticos, siento aquí un peso …en la boda de mi padre cantaron eso.
Gran boda era, de fijo más alegre que la primera.
Mi padre iba y venía, hasta bailaba. Yo, asombrada y medrosa le contemplaba.
«Qué maravilla» , yo era el hombre de años y él la chiquilla.
Por fin todo acabó, todos se fueron, en la calle sus gritos nos despidieron.
Solos quedamos, y los tres frente a frente, nos contemplamos.
-Ven y abraza a tu madre, dale los brazos. Pero yo no quería ni hecha pedazos.
Tras días tan alegres, vienen otros días…Mi padre al poco tiempo la conoció.
«Qué matrimonio», estábamos casados con el demonio.
Busqué un día a mi padre y lo hallé en su cuarto llorando, hablando con su conciencia.
Me subí a sus rodillas con mil esfuerzos y procuré consolarle dándole besos.
Le dije: ¿Ves padre, como no hay en el mundo más que una sola madre?
Mi padre murió con el miedo lentamente y ahora quedamos la fiera y yo frente a frente.
– Ahora vas a respetarme. Qué miedo, qué manera de mirarme.
A otro día ya cantaba y la dije: no cante usted porque se ha muerto mi padre.
Me agarró con furia, llena de rabia y
me dio tal golpe en el hueso que llaman de la alegría…
que nombre Dios de Israel… a quien le puso ese nombre. ¿No le darían en él?.
Cansada estoy de sufrir y de tanto padecer. No pienso más en volver…
¿Más que hacer?. ¿A dónde ir?. Un guarda apaga el farol y a oscuras me dejará.
¿Cuántas horas pasarán, antes de que salga el sol?
Qué miedo noche maldita. Pero si yo recordara aquella oración bendita
que mi madre me enseñó apenas si sabía andar de rodillas.
– La una, qué triste velo Virgen María
tu mi consuelo, tu amada mía, Reina del Cielo
oye mi canto, calma mi lloro.
Mira atu sierva, ve que te imploro.
Por el que un día murió en la Cruz
Virgen María un rayo envía, luz, mucha luz.
– ¿Qué es eso?. Qué claridad, qué fortuna ,
salió un rayo de luna para alumbrar mi camino.
Ahora, ahora es cuando puedo leer.
Sociedad Protectora de los Niños. Eso es, de los niños.
Llamaré, mas no alcanzo al aldabón.
Si esta casa bendecida, a niños fue destinada.
¿Por qué al ponernos la aldaba, no nos tomaron medid?.
Llamaré, aunque luego después me riñan.
– Socorro, por favor, una niña abandonada.
Nada escucho, todo en calma, pasos se oyen, voy de un vuelo
Dios te bendiga en el cielo, madre mía de mi alma.
«LA SEMILLA QUE CRECIÓ»| María Jesús Alcázar Martínez
Es tan solo una semilla
Lo que nos deja ElSeñor
En otro cuerpo pequeñito
Encerrado en otro Amor
Es el amor de la madre
Que también así empezó
La semilla va creciendo
En su cápsula de amor
Y cuando rompe a la vida
Ha de encontrar el calor
Como la planta en el aire
Que necesita del sol
Y así vamos creciendo
con la ayuda del Señor
él pone cuanto hace falta
Lo demás lo pongo yo
Pero si no encuentra amor
Como la planta se seca
Sin recibir el calor
Y dentro de este hombre
Habrá un nuevo corazón
Que se irá desarropando
Sin cariño y sin calor
Y ya no será eese mismo
El que le puso El Señor
Tal vez ocurrió lo mismo
Con el negro corazón
Que hoy invadiendo Ucrania
No siente ni compasión.
«DETRÁS DE SU MIRADA»| Esther Martínez Romeral
Detrás de su mirada,
escondidos en su memoria,
se escondían los secretos más oscuros,
que su alma atormentada no podía olvidar.
Quiso dejarlos atrás,
pero un sentimiento de culpa,
no la dejaba avanzar.
La culpa de querer una vida mejor,
la culpa de no tener el valor
de huir sin mirar atrás,
esa culpa que se siente,
cuando te humillan sin cesar.
Pero ella quería olvidar,
quería sentirse viva de nuevo,
y ser valorada por su esfuerzo,
para así nunca más sentir ese yugo en su pecho,
el yugo que te infringe el desprecio más cruel,
que te genera un sentimiento que crece en ti,
de no valer.
Nunca pensaste que ese amor tan idealizado,
se convertiría en la tortura mas inhumana e infiel,
que sufrirías cada día y cada segundo en tu piel,
y desearías morir para que acabara de una vez.
Pero un día despiertas y sientes que quieres correr,
pero ya es demasiado tarde para ti mujer,
pues has pagado un alto precio,
dejando tus sueños rotos sin cumplir,
por culpa de los infortunios de la vida,
que te tocó vivir.
Hoy dulce alma vuelas, ya eres libre,
pues entre sus manos dejaste tu vida,
no como pensabas, ni como soñabas,
pues tú te merecías mucho más,
no a alguien que no te supo valorar.
«ES UNA MUJER LA QUE HABLA»| Virginia Más Peinado
Yo soy una ginecóloga de tres generaciones. La abuela y mamá me precedieron en este oficio y profesión.
Hemos empleado nuestras vidas al culto del embarazo y alumbramiento de los bebés frágiles y a la vez resollando en un llanto de natural hambriento de la leche maternal que es el alimento amamantado más purificador, manantial celestial de soberbia energía.
A mi me asignaron la sustitución de la ginecóloga oficial en baja por maternidad, en un pueblo de montaña. Me proporcionaronuna habotación modesta, desde donde por la ventana veía los amaneceres más magistrales de mi vida.
Estábamos cerca del hospital, a 30 Km. de Berlín.
Llena de fulgor acudí mi primer día de consulta, un poco aturdida y a la cez alegre, me avalaban las enseñanzas de mis familiares conocedoras de la felicidad digna de ayudar a nacer hijos.
Había ya señoras esperando e hicimos las presentaciones.
En la consulta había útiles eficaces e instrumental.
Mi labor era escuchar el latido del corazón de la madre y del embrión. Tranquilizaba mi rectitud y pundonor exxacto.
Y con la gracia del tamiz de haberme leído y saberme el diario de mi abuela que me parecía un jeroglífico porque se usaban palabra no aptas actualmente como:
Cataplasma
Alcohl púbico, etc.
Había que utilizar una trompetilla para verificar el estado vital delfecto, embelesándose en la tripa de la madre.
Todo fue im emcamtp de jornada u de buena relación.
Me gustaba aquel lugar. El estado salvaje de los bosques, llenando de plenitud de oxígenos los pulmones.
Ponía todo el tesón en magnetizar aquellos tiempo de espera en algo suavizado, y me aceptaron los vecinos con conformidad.
Así transcurrieron los meses, cuando una señora ya en la menopausia me dijo que tenía molestias en el bajo vientre y que por favor, la mandara al hospital y no hice la pauta que ella me pedía y enajenada y acongojada, fue por su cuenta y la hicieron en Berlín una ecografía, y resultó ser diagnosticada de cáncer de útero, ovarios y trompas.
La muerte de ella fue inminente.
Lo que era osadía, se redujo a tristeza porque los razonamientos de la gente me la atribuían a mi, la desaparición de aquella honrosa mujer y alborotaban y obstruían mi trabajo.
Fui despedida y quedé indigente, disgustada y deshonrada.
Metí tidas mis cosas en la maleta muy afligida y sonrojada por la vergüenza.
Para reconocerme dije adiós al excelso paisaje digno de estar en el cielo, con la reputación en lamentable estado y me tonifiquéen el tren de regreso leyendo el diario de la abuela.
Se ha logrado mucha ciencia en la GINECOLOGÍA. Los embarazos ya no son agresores de muerte de las parturientas porque van al hospital y con las ecografías hay un seguimiento fuundamental.
Ya no veía la vida llena de gracias y no bromeaba, estaba llena de zozobra.
Pasaron tres años de aquel trance y con la autoestima recuperada me presento en un hospital para una plaza de matrona, y eran amplias mis atribuciones de este beneficioso empleo para aplicar mis conocimientos y experiencias. Fue un logro muy adecuado.
Ya llevo 20 años en el mismo servicio y a veces tengo alguna alabanza cuando entrego el bebé en el pecho de la madre
¡ME ABSORBE EL ALMA ESTE MOMENTO!
En estos años he transitado por:
La dilatación.
El anestesiado.
Incisiones en cesáreas.
Niveles de saturación de oxígeno.
Y he resuelto que los fetos inmaduros sobrevivieran en las incubadoras y la sábana con que los envolvía, representaba unas alas blancas de libertd.
Y la mujer va saliendo de su esclavitud, construida por la sociedad machista.
Estamos luchando contra la violencia de género que ahora está penada con penas de cárcel.
Cuando llego a mi casa, me siento en mi sillón, y todavía me duele aquel accidente error en el pueblo más bonito qu he visto.
Ahora soy experta en partos y escribo mi diario para mi nieta que también quiere ser ginecóloga.
Y toda la familia nos reunimos atribuyéndonos un dinamismo y a lo que hemos renunciado nos da la más grande recompensa:
«TRAER VIDA A LA EXISTENCIA UNIVERSAL»
POSTDATA:
LA ABUELITA DE ESTA HUMILDE ESCRITORA MURIÓ DE PARTO A LOS 35 AÑOS, DEJANDO TRES HIJOS PEQUEÑOS Y EL BEBÉ QUE MURIÓ A LOS DOS MESES. FUE EN TIEMPOS DE LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA.
SIN EMBARGO,EN LOS AÑOS OCHENTA A MI ME SALVARON A MI HIJA QUE NACIÓ A LOS SIETE MESES Y ESTUVO UN TIEMPO EN LA INCUBADORA HASTA ALCANZAR EL PESO DE DOS KG.  Y MEDIO.
LAS EMBARAZADAS AHORA SABEN EL SEXO DEL EMBRIÓN Y PREPARAR SU ROPITA Y ALCOBITA.
AHORA CON LA COVID HAY MÁS ERRORES POR LA SATURACIÓN DELAS UCI.
Y NO HAY REVISIONES CON MÁS PREVENCIÓN.
YO ESTOY LLORANDO QUE ME TIENEN QUE HACER UNA OPERACIÓN GINECOLÓGICA POR CULPA DE UNA FALTA DE PREVENCIÓN.
TAMBIÉN HA DE HABER PLANIFICACIÓN FAMILIAR.