Con un jurado formado por representantes de cada uno de los centros educativos del municipio, de la biblioteca y del Ayuntamiento, el fallo con las obras ganadoras de 2021 se ha hecho público el 8 de marzo .
Las obras participantes en la categoría de poesía han sido: «El camino de las heroínas», de María Cuadrado Castaño; «Nostalgia de Mujer» de Esther Martínez Romeral; «Ella», de Eva María Granados Luque; «Nací mujer», de Elisabet González Cabezas; Sin título de Salina Carrasco Gutiérrez; «El poder de la Mujer», de María Jesús Alcázar Martínez; «Miradas perdidas», de Ana Isabel Fernández Sánchez-Migallón, y «Filomena, «Las manos amorosas de la mujer» y «8 de marzo» de Antonia Ayuso Mora.
En la categoría de prosa o relato corto han participado: «Barcaza hacia un sueño», de Gema Puertas, «Un día más«, de Mónica Torres Serrano y «Dedicado a las flores que dejan desierto el corazón de una madre», de Blanca Guerrero Martínez ;
Estas son las obras ganadoras en las distintas categorías:
PRIMER PREMIO DE PROSA: «BARCAZA HACIA UN SUEÑO» | GEMA PUERTAS DÍAZ
El sol se escondía por el horizonte, dando un baño de oro al mar que nos llevaría a nuestro destino. Apenas unas joyas y los ahorros de toda una vida, fueron invertidos en el billete que hondeaba en mi mano temblorosa a la espera de poner conseguir mi sueño “aprender, para poder enseñar, a ser libres”.
Había nacido en un país en el que a la mujer no le estaba permitido tener pensamientos de superación o de rebeldía, ni siquiera le estaba permitido pensar. Era por ello que tenía la necesidad de volver en algún momento, y conseguir ser la guía de tantas y tantas personas que van a la deriva.
Comenzamos a subir en aquel pequeño barco inestable, chapoteando por las tablas carcomidas del bote que nos trasladaría a la tierra soñada.
En la oscuridad de la noche, con la simple luz de un candil en la proa de aquel barco, comenzamos el largo camino a nuestro destino. Los vaivenes por los golpes de la marea en los laterales y los truenos, disimulaban los llantos y sollozos de todas las personas anónimas, muertas de miedo, que íbamos para alcanzar nuestros sueños, o por lo menos, para intentarlo.
Los gritos de los responsables de nuestras vidas, en la oscuridad de la noche, hacían que las pesadillas de los niños despiertos fuesen peor que las que tenían cuando dormían, las madres les mecían desconsoladas… – Tranquilo mi vida, que pronto llegamos– y acto seguido alzaban la vista a un cielo en el que las estrellas estaban cubiertas por un negro manto de nubes que se iluminaban por la cantidad de rayos que recorrían su interior, hablando con su Dios, para que les ayudase a llegar vivos a tierra.
Yo también miraba hacia aquel cielo, buscando a mi Dios para que también me escuchase, pero me daba tanto miedo hablarle… Había tantas, y tantas personas pidiendo su consuelo, que me sentía egoísta que, por escucharme a mí, alguna persona de las que íbamos en aquella barcaza, no llegasen a su destino por un descuido fortuito.
Al fin, se escuchó el silencio… ¡Sí!, era tan inmenso ese sonido de los remos en el mar, sin escucharse otra cosa, que el lugar parecía mucho más infinito… aunque en realidad mirabas a tu alrededor y todo era oscuridad… únicamente aquel candil con movimiento de vaivén, iluminaba las caras dormidas de todas aquellas personas. Ni siquiera se veía esos ojos blancos que resaltaban en la oscuridad… todos estaban cerrados, descansando, por unos momentos sin miedo, relajados.
Fue en ese momento, cuando todos dormían, cuando nadie hablaba con su Dios, que decidí dirigirme a Él.
Querido Dios: Tú que todo lo puedes, que nos cuidas y nos proteges, ¡míranos!… En busca de un lugar donde ir, en medio del océano, en medio de la nada…. Mira a estos niños que no entienden nada de lo que pasa, cuando lleguen allí, y vean lo que es jugar, lo que es aprender, que no escuchen bombas ni disparos, que no haya toque de queda, que sus madres les abracen porque les demuestren su amor, y no para calmar su miedo y su llanto, porque eso debe de terminar en este lugar soñado. Mira esas madres, protegiendo cual escudo el cuerpo de su pequeño, arropando para que no pasen frío, para absorber todo su miedo, y todo aquello malo que le pueda pasar. Ya no tendrán que esconderse de violadores, maltratadores ni soldados, comenzaran una nueva vida y aunque en su mirada, el dolor no se borre, habrá un hilo de luz de la esperanza de que su retoño viva feliz.Mira esos niños que se creen hombres, que su juguete fue un fusil, y su juego el escondite para sobrevivir en un mundo no hecho para niños, en un mundo de mayores egoístas, podridos por el poder, la corrupción y el odio. Un mundo donde se les ha robado la niñez y la ilusión. Un mundo de mentiras…. Su meta es ganar dinero para mandar a su familia algo de dinero, y que algún día, ellos puedan dejar atrás ese mundo de horror, del cual él quiere escapar. Y yo, una niña que fue violada, golpeada y humillada, que lucha por formarse, por tener una educación y experiencia para guiar a todas aquellas que se quedan en ese mundo que dejo atrás, ese mundo que es el mismo que al que me dirijo, pero que es tan diferente del que dejo… Quiero volver, volver para cambiar, cambiar a personas. Dar esperanza, ilusión y ganas de luchar. Pero luchar sin armas. El único arma es la autoestima, el amor propio, la fuerza y las ganas de superación…Las ganas de cambiar nuestro mundo, el mismo mundo al que me dirijo y que es tan diferente del que dejo atrás… ”
De repente, los rayos del sol comenzaron a dar calor, y el mar se convirtió en oro líquido… En ese momento, despertábamos de nuestra pesadilla para empezar a vivir nuestro sueño, en el horizonte se veían barcos y edificios…. Habíamos pasado el peor viaje, ahora sólo tocaba empezar a vivir….SOLO toca empezar a VIVIR…
PRIMER PREMIO DE POESÍA: «EL CAMINO DE LAS HEROÍNAS» | MARÍA CUADRADO CASTAÑO
En algún lugar del camino
las fui encontrando.
En el momento adecuado.
Cuando la confusión aún me ahogaba
a pesar de mis intentos de crear nuevos mapa
cuando el vacío me apretaba contra
las paredes angustiosas de este agujero
cuando hallaba solo pedazos desmembrados
por más que me buscaba.
No era depresión.
Lo supe cuando las fui encontrando.
En el momento adecuado.
Al morirme.
Al resquebrajarme de sin-sentido.
Y no era tampoco una crisis.
En algún lugar del camino
iba descubriendo a aquellas mujeres
que me hablaron con un lenguaje
olvidado que brotaba de nuestras gargantas
abrazaron mis dudas, que eran las suyas
desenterraron las coordenadas de esta travesía.
Porque no es depresión, ni crisis.
Ni vidas fracasadas.
Es nuestra herida y la estamos sanando
con nuestra propia sangre
SEGUNDO PREMIO EN PROSA: «UN DÍA MÁS» | MÓNICA TORRES SERRANO
Todas las mañanas, nada más levantarme, voy a mirar a mi niña. Mi marido se fue temprano a trabajar, le veré por la tarde, a la vuelta. Me ducho, una vez más. Preparo el desayuno y despierto a mi fierecilla con todo el amor del mundo y a la vez con todo el cuidado, tengo miedo hasta de acercarme demasiado por no ponerla en riesgo. Cada vez que me acerco, no puedo evitar pensarlo. Desayunamos juntas, intento pasar tiempo de calidad con ella, el mero hecho de pensar en si volveré cada noche a su lado, me pone la piel de gallina. La dejo en el cole y me dirijo a mi lugar de trabajo. Me pongo el uniforme, con todas las medidas de seguridad posibles a mi alcance y salgo a la lucha diaria.
Tengo que hacerlo lo mejor posible, mucha gente confía en mí y no puedo defraudarles. Aquí, soy lo único que tienen. Pronto saldrán y podrán seguir con la “nueva normalidad”. Dos palabras comunes y corrientes, y que juntas, se han convertido en un antes y un después en nuestra vida cotidiana. Vida, otra gran palabra, la cual, he aprendido a valorar, aún más si cabe. Palabra de cuatro letras que, hoy por hoy, significa, el todo o la nada. Es como si nos perteneciera, pero por las circunstancias, no somos dueños de ella.
Sigo con mi rutina, rutina que marcan otros a los que debo ayudar, para que su estancia aquí sea más llevadera. Yo también tengo que cuidarme, no quiero estar en el lado opuesto al que estoy ahora. Me expongo mucho y quiero poder volver a casa. Mi marido, esa gran persona que tengo la suerte de tener a mi lado y al que tengo que cuidar también de que no le pase nada, ni a él ni a mi niña. ¿Quién cuidaría de ella si él o yo enfermáramos? Termino mi jornada, me desinfecto y me voy a casa. Ya está bien por hoy, intento no llevarme el trabajo a casa, pero es difícil, ¿cuántos han muerto hoy?, se rumorea que hemos llegado a las sesenta personas. Es horrible, como para olvidarlo, si han sido personas que en su gran mayoría llevo semanas atendiendo. Ya eran como de la familia.
Entro en casa y, como un huracán, corre hacia mí. ¡Mami, mami! – grita mi pequeña. ¡No, espera! -le digo- mami tiene que darse una buena ducha, hoy he hecho mucho ejercicio y no quiere oler mal cuando te dé, ese achuchón que te debo.
Triste, pero convencida, me espera paciente en el sofá viendo sus dibujos. Me desinfecto las manos y voy hacia la terraza para quitarme la ropa y dejarla en un armario improvisado donde dejo todo lo que traigo cuando vengo del trabajo. No quiero que nada esté en contacto con ellos.
Me dirijo al baño y dejo que el agua caliente bañe mi rostro y se lleve las lágrimas que no he podido derramar antes. Tengo que intentar calmarme, no quiero que me vean así, ellos tienen que permanecer ajenos a mi trabajo, aunque no ajenos a lo que pasa a nuestro alrededor.
Ya más tranquila, salgo corriendo, lo prometido es deuda y empiezo a hacerle cosquillas por donde puedo y a comerlos a besos. Ahora me siento plena, pero en mi cabeza no deja de aparecer la bombillita que me dice que esta situación puede que no dure mucho.
Cada vez son más los compañeros que están de baja y algunos han muerto por dar lo mejor de ellos mismos en sus trabajos. Auxiliares, enfermeras, médicos, … Es algo inevitable y no dejo de dar vueltas a todo lo que está sucediendo a mi alrededor, y sé que no es algo pasajero.
Charlamos mientras cenamos y nos contamos cómo nos ha ido el día. Yo les cuento el lado bueno, el malo, me lo guardo para mí, no tiene sentido estropear este momento tan bonito.
Un día más, y ya van dos meses, ¿cuándo acabará esto? Todos nos hacemos la misma pregunta, pero la respuesta, nadie la sabe. Hoy me toca la peor parte del hospital. Los que están allí no pueden dar ni los buenos días, tumbados boca abajo, están sumidos en un sueño profundo, deseando despertar y volver a respirar por sí mismos. ¿Cuántos sobrevivirán hoy? Es duro, sí, pero es lo que veo cada día. Hago mi magia y les dedico mis cuidados y mi cariño, al no tener a ningún ser querido a su lado, en cierto modo, soy lo más parecido. Aunque no son conscientes, quiero hacerles ver que no están solos.
Tengo mi descanso y aunque no es mucho el tiempo del que dispongo, estamos muy ocupados, me centro en mí. Mi cerebro es egoísta y pienso en lo que tengo que hacer para mantenerme limpia y cuidar a la vez de la gente que me necesita.
Por todo lo que veo a diario, siempre tengo mi momento de respirar hondo y pensar en cómo sobrevivir a esta lucha sin morir en el intento. Digo morir, porque por desgracia es lo que veo a diario y me asusta, me asusta porque algunos de mis compañeros ya no están. Que me pregunten los que dudan de si todo esto es verdad, les invito a vivir lo que diariamente, por desgracia, ven mis ojos.
Otro día más, hoy tengo menos fuerzas que otros días, llevo una semana aislada porque al final no lo pude contener y me alcanzó, empiezo a notar como mis pulmones no responden a la medicación. Noto que la vida se me escapa, lo sé, la experiencia de lo vivido me lo indica.
Ahora, soy yo, soy yo la que mira desde la cama y la que lucha por sobrevivir. Se acerca el día en el que me tumben boca abajo y ya nos les pueda ni saludar. Tengo mucha pena. Pena porque sé lo que me espera y no quiero. No quiero, he luchado mucho para poder sobrevivir, aunque no creo que lo consiga.
Llevo una semana sin ver a mi niña, sin abrazarla, menos mal que ellos están bien. Nos reímos por videollamada y les dejo ver lo mejor que me queda. Ya no volveré a hacerle cosquillas, esto va a ser rápido. Tengo que grabar un video, tienen que verme bien, mañana quien sabe cómo estaré.
Ayudé cuanto pude, pero no podré hacerlo más. Estoy contenta por toda la gente a la que sujeté la mano mientras morían y no estuvieron solas. En unos días, o semanas, será a mí a quien le cojan la mano. Ya está, ya no le voy a dar más vueltas. El destino lo ha querido así y tengo que aceptarlo con todo el dolor de mi corazón.
Ahora toca dar las gracias y pedir perdón por no poder seguir a vuestro lado. Dar las gracias por haber compartido vuestro tiempo y vivencias conmigo, os llevo en mi corazón. Y pedir perdón a mi marido y a mi hija por dejarles solos en esta vida, pedir perdón a mis padres por tener que llorar la muerte de su hija, pedir perdón a mis familiares y amigos porque ya no se reirán más de mis tonterías. En los momentos difíciles ahí estaba yo para hacerles olvidarlos.
Otro día, ya no me quedan fuerzas para mantenerme despierta, cada vez respiro peor y eso indica que voy a tener que cerrar los ojos y dejar descansar a mi cuerpo. Me dio tiempo a grabarme y contarle a mi niña lo feliz que tiene que seguir siendo, que, aunque a partir de ahora su mami no la acompañe en sus vivencias, que anime mucho a su papi, que la va a necesitar y que juntos podrán con todo. Que, si necesita ayuda, no dude en pedirla, siempre las penas son menos cuando las compartes. Y, por último, que los quiero mucho y que siempre los cuidaré en la distancia. No pude evitar llorar después en soledad, sé que esto tiene fecha de caducidad y ni los míos pueden hacer ya nada por mí.
Vienen mis compis a saludarme y a despedirse, lo sé. Son muy sutiles para que no me dé cuenta, pero sé cómo va esto. Noto como Morfeo me tiene entre sus brazos y comienza a acunarme. Adiós a todos, os quiero. No me lloréis, intentad seguir con vuestra vida aunque algunos no sepan valorar lo que tienen. No me da tiempo a soñar nada, me dormiré, sí, pero no creo que recuerde lo que sueñe. Así que me quedo con la imagen de mi familia y con la pena de no poder volver a verlos de nuevo.
P.D: Vivir, vivir con cautela y cuidaos mucho, porque nunca se sabe donde puede estar el final de nuestra aventura. La mía terminó, y me perderé muchas cosas buenas sin ni siquiera haberlo buscado
SEGUNDO PREMIO DE POESÍA: «NOSTALGIA DE MUJER» | ESTHER MARTÍNEZ ROMERAL
Recuerdos,
imágenes aparecen por mi mente,
imágenes que pensaba olvidadas,
recuerdos que siempre serán parte de mi ser,
los veo en mi mente,
vienen y van,
sucediéndose sin parar.
Mi mirada lejana y pensativa,
añora mi niñez,
esos recuerdos dulces,
a los que desearía volver,
cuando el transcurso del tiempo,
no parecía correr.
Recuerdos,
vienen y van con un destello fugaz,
con una calidez que me hace estremecer,
donde importancia las cosas,
no parecían tener,
donde los juegos y las risas,
dibujaban el atardecer.
Pero la niña ya se convirtió en mujer,
dejando atrás toda la inocencia que pudo tener,
y ahora aparece esa nostalgia,
nostalgia de mujer,
por querer ser de nuevo esa niña,
que alguna vez fue
TERCER PREMIO EN PROSA: «DEDICADO A LAS FLORES QUE DEJAN DESIERTO EL CORAZÓN DE UNA MADRE» | BLANCA GUERRERO MARTÍNEZ
El dolor , el vacío y la pena es lo que ocupa el cuerpo de una madre cuando pierde lo más grande de su vida…SU HIJA.
Durante un periodo de espera de nueve meses, sintiendo en su interior como crece un ser, que de la forma más misteriosa y sublime poco a poco se convierte en lo más importante de una vida , en este caso una hija.
Nace y una madre ante el sufrimiento y el dolor, saca sus fuerzas entre lágrimas de emoción y alegría , se incorpora para ver la cara de su bello y frágil retoño.
Un ser que se hace del amor y la pasión de dos personas que se funden en una , ella es el fruto de ese cariño inexplicable que dura toda la vida.
Un trocito de su cuerpo, una prolongación de su ser, una vida nueva que cuida con el mayor esmero .
A medida que pasa el tiempo , la madre llena el libro de su vida con nuevas experiencias, momentos de incertidumbre , apoyo, cuidando y educando con el esmero que solo una madre sabe hacer. Da igual rubia, morena ,castaña , pelirroja ….da igual ,es su hija.
El regalo que Dios nos hace unas veces esperado y otras inesperado pero ,cuando ve su cara de ángel, con sus mofletitos rosados y ese olor a vida nueva, indefensa tan necesitada de ella , esa madre se convierte en defensora, protectora y sobre todo MADRE.
Creciendo entre remansos de felicidad , dando sentido a su vida , construyendo torres de de futuro en paz y armonía.
Así van pasando los años hasta que la mejor flor del jardín se empieza a marchitar…
El sol ofende con su mirada, los pajaritos ya no pían con el mismo cántico y la luz ya no es la misma, las lágrimas del alma son lluvia de noche oscura y silenciosa ,el cielo se va tornando de nubes negras anunciando un mal presagio para el cual nunca se está preparado.
Como un gran guerrero, la madre portando armadura de acero , con el corazón sangrante por las llagas del martirio silencioso , forzando su mejor sonrisa y sacando fuerza de flaqueza, para afrontar los momentos difíciles que se avecinan como un cataclismo inevitable.
– Mi bella flor porque te marchitas? Qué puedo hacer por sanar tu dolor?
– Me cambiaría por ti en este mismo instante , sin dudar, sin pedir nada a cambio , solo que tu rostro vuelva a brillar.
Sin color , lánguida, sus hojas van cayendo como la rosa que aun siendo cuidada con el mayor esmero pierde su brillo y su aroma.
-Tengo celos del aire que roce tu mejilla.
Como loba herida en lo más profundo de su ser, ciega por defender esa vida especial
– El corazón se rasga y sangra , gritando de dolor y desconsuelo, pero a la vez siendo un remanso de paz ,calma y sosiego.
– Que haría para aliviar tu dolor, tu angustia , tu tristeza…
– Tus fuerzas se van evaporando como si de un sol castigador sobre agua se tratase, absorbiendo hasta el último suspiro.
– Maldita enfermedad, que en silencio ocupaste ese cuerpo lleno de juventud, sin dar tregua ni marcha atrás; bajo esa capa oscura con tu guadaña afilada vienes dispuesta a segar la vida de la flor más preciada de mi jardín.
– Temprano tomo tu alma el vuelo, sin apenas vivir tu vida bella, cuando empieza la rosa a abrir sus hojas para poder disfrutar de su aroma de juventud viene la parca y la roba del lugar donde aún le quedan tantas cosas por hacer, tanto que disfrutar , tanto amor por repartir y una vida por vivir.
– Pronto has finalizado tu obra.
– Dejándonos con ese desconsuelo, con ese olor fresco de juventud que se apaga lentamente .
– Deja que tus lágrimas impregnen mi alma , que mis gritos ahogados no anulen con su pena este sutil instante , que pueda vivir tu último momento,
pues mi alma y corazón se van contigo, porque aquí en la tierra solo queda mi cuerpo.
TERCER PREMIO DE POESÍA: «ELLA» | EVA MARÍA GRANADOS LUQUE
Ella…
Mujer de dos caras y dos mil sonrisas,
Ella es mar en calma y remanso de paz,
Aunque la tristeza empañe su mirada,
Con su dulce risa lo camuflará.
Ella es alegría, amor y esperanza,
Aunque en soledad se quite su disfraz,
Por muchas heridas que su alma tenga,
Estará a tu lado dispuesta a ayudar.
Ella…
Que ya llegó al mundo entre inseguridades,
Es un ser de fuerza, es un ser de luz,
Pues ella con uñas y dientes se aferra,
Al sol más brillante, al mar más azul.
Por muchos más golpes que le de la vida,
Siempre se levanta dispuesta a luchar,
Sabe que el guerrero aprende en la caída
Y que tras la guerra se avecina paz.
Sueños y esperanzas que por el camino,
Se le van perdiendo o no quieren llegar,
Siempre un paso al frente, siempre decidida,
Ni para impulsarse echa un paso atrás.
En su risa dulce encuentras consuelo,
En su fuerte abrazo calma, amor y paz,
Si te da su mano podrás ver el cielo
Y descubrirás su infinita bondad.
Ella…
Que cree que no puede y puede por las dos
Que mira al espejo y no es capaz de ver
Toda la bondad de su corazón.
Humildad serena, alegría constante,
En su piel morena puedes ver brillar,
La estrella más grande, el sol más brillante
Y las huellas que deja en su caminar.
No puede existir persona más buena,
Qué suerte la mía poderla encontrar,
Es de esos regalos que te da la vida
Y ni por asomo dejas escapar.
No sé si fue Dios quien puso en mi camino
A esta mujer fuerte dispuesta a sanar,
Los múltiples golpes que azota el destino,
Las marcas y heridas que suele dejar.
Ella…
Que nunca se queja, siempre se conforma,
Que no pide nada pero siempre da,
Es un alma pura, siempre generosa,
En sus prioridades ella nunca está.
Quisiera yo hacerla poder comprender,
Todo lo que vale, lo grande que es.
Y por una vez ser yo y no ella,
La que consiguiera evadir sus penas.
El que la conoce sabe lo que digo,
No existe en el mundo mujer más capaz,
De hacer que las penas sean alegrías,
De hacer que la guerra se convierta en paz.
Ella…
Mi impulso, mi fuerza, mi fiel compañera,
Mi amiga, mi hermana, mi felicidad,
Sin ella mi vida no estaría entera,
Es lo más bonito que me fui a encontrar.
El resto de obras participantes han sido:
«EL PODER DE LA MUJER» | MARÍA JESÚS ALCÁZAR MARTÍNEZ
No existió nunca un siglo
donde la mujer no entrara
a reconquistar la paz
que estuviera amenazada.
Se pueden contar por miles
las mujeres que existieron
que de acción o de palabra
por la paz la vida dieron.
Y aunque a la sombra quedaron
por su estado o condición
está muy claro que muchas
ensalzaron su Nación.
Repasemos un poco la historia
y así lo podremos ver
Agustina de Aragón, María Pita
y nuestra Reina Isabel.
Dos monjas que aconsejaron
a Reyes con rectitud
Sor María de Ágreda
y Santa Teresa de Jesús.
Y en Francia Juana de Arco
quien demostró su valor
y con mucho sufrimiento
al final la vida dio.
Es muy bueno recordar
la historia que nos dejaron
tantas mujeres valientes
que la paz así lograron.
Es la mujer el eje
que mueve el mundo y la vida
y el complemento del hombre
para encontrar su armonía
«LAS MANOS AMOROSAS DE LA MUJER» | ANTONIA AYUSO MORA
Dulces palomas blancas,
en la felicidad temblorosa,
buscan soñar templadas,
esta imagen candorosa.
———————-
En esta, mi asidua alcoba,
hay un cuadro de un pantano,
mi alma en la noche se asoma,
y ve en él, el paisaje reflejado.
Montañas, pinos, el cielo,
se ve tan bello, invertido,
y soñar esta belleza, quiero
con transparente ser contigo.
Dios de la pureza de la nieve,
Candor inmensamente blanco.
Es como vivir en un trono-sede
en un dulce paraíso encantado.
Todas las noches en mi cuadro,
reclino mis cansados pensamientos
y en mis sueños descanso hallo
me introduzco en las aguas adentro.
La mañana me sobreviene fiel,
Y entresacándome del paisaje,
despierta del sueño que viví bien:
“Era el aire sano mi equipaje”.
En los jardines de mi alma,
se abren suaves cual rosas,
poéticas siempre alcanzan,
con fragilidad primorosa.
La música dulce del arpa,
Reina en la casa amorosa,
las manos son delicadas,
también son tan vigorosas.
La pintura por ellas reflejada,
la paz envuelven ardorosas,
en unas selvas de nostalgia,
por una vida muy hermosa.
Las manos dulces agasajan,
En la cocina de la historia,
una riqueza para amarla,
y cuidar su entrega briosa.
«NACÍ MUJER» | ELÍSABET GONZÁLEZ CABEZAS
Nací mujer y
tenía que comportarme como una señorita.
Nací mujer y
cuando me vino la regla me advirtieron sobre los hombres.
Nací mujer y
tuve que someterme a tacones y maquillaje para ser femenina y gustar.
Nací mujer y
debía marcharme antes de las fiestas.
Si quería ir con chicos me veía sometida a la moral.
Nací mujer y
me recomendaron buscar un hombre que me cuidara.
Nací mujer y
muchos quisieron jugar con mi dignidad.
Crecí como mujer,
me casé y
tuve un hijo.
Cuando me cansé de ser ese tipo de mujer que no era,
el mundo se me echó encima con sus patrones morales.
¡Cómo me hubiera gustado no ser mujer para ser libre!
¡Cómo me hubiera gustado ser libre siendo mujer
SIN TÍTULO | SALINA CARRASCO GUTIÉRREZ
Me da tanta tristeza perderte
que apenas noto que aún estás aquí.
A veces intento hablarte,
otras sólo puedo sonreír,
casi siempre me voy…
a otro momento,
a otro lugar,
a otra vida.
Mis lágrimas
son cada vez más amargas
cuando pienso en ti.
Te veo aquí,
pero ya no estás.
Despierto
y ya no eres tú.
Aquí no está quien yo conocía.
Pronto
ya ni serás.
O quizá soy yo quien ha cambiado
y ya nunca seré quien era.
¡Perdóname!
Ni mujer fuerte,
ni mujer débil.
Creo que ya no puedo
» MIRADAS PERDIDAS» | ANA ISABEL FERNÁNDEZ SÁNCHEZ-MIGALLÓN
Se acerca el atardecer del sol
y mi pensamiento encogido, perdido,
busca cualquier rincón donde
olvidar sea su día sin recordar.
Este infierno me suplica que vuelva a razonar.
Perdida me vuelvo a encontrar,
aún no se me permite llorar.
El camino sigue y no me debo parar,
al final del camino intento no llegar.
Miradas perdidas sin saber qué decir,
una caricia que duele al pensar,
momentos oscuros que tal vez recordare,
sentimientos que tendré que enterrar.
Un silencio que nunca olvidaré.
«DÍA 8 DE MARZO» | ANTONIA AYUSO MORA
Trabajadora en el hogar y fuera,
USiempre emprendedora
una mujer amante de la familia,
Muy organizada en el hogar,
Siempre cuidando de los hijos,
Disponiendo de tiempo para todos.
La mujer siempres e multiplica,
Y no ìde mucho, solo respeto.
La mayoría de las veces
No somos valoradas.
Este día 8 de marzo con todo derecho,
Se reivindica en la IGUALDAD
En el trabajo, como persona.
FUERA EL MALTRATO.
Este día se prodigue todo el año.
«FILOMENA | ANTONIA AYUSO MORA
El Ministerio de Sanidad y Transporte drigió a todas las personas eficazmente en los informativos.
Y en todas las ondas de comunicación:
Que sobre España nevaría de froma pertinaz gran cantidad de nieve, unos 40 cm, para lo cual habría que aprovisionarse de alimentos, mantas y agua.
Y proteger a los niños, ancianos y enfermos.
Mis padres nos dijeron a is hermanos y a mi: No salgáis cuando la nieve haya caído!. Vamos a hacer provisiones como nos mandan las autoridades.
Y llenamos la despensa y la leñera de víveres.
A día siguiente cuando nos levantamos, todo estaba silencioso y virgen, tamizado horizontalmente en una capa de medio metro, y los tejados y árboles estaban con mucho peso, algunos se hundieron.
Mi madre tan valiente se calzó unas botas y mi padre nos dijo las instrucciones que seguiríamos:
Temblaba porque era una abismal situación de la naturaleza y con cla cara confusa nos impuso la responsabilidad y autorizó a añadir soluciones ante tan cruento frío de bajo cero.
Nos confinamos en casa y nos prodigamos a construir valores para no decaer.
La música de nuestro agrado nos daba tranquilidad y la televisión nos atemperaba los ánimos y principios vitales.
Así encantamos nuestra mirada por la ventana: LA GLORIA, LA SOLEMNIDA DE NIEVE DE APARIENCIA BONDADOSA, ES SEDUCTORA Y ENGAÑOSA.
Se suspendió la circulación en todas las carreteras. Parecía un relato de ciencia-ficción, una cruenta y arriesgada supervivencia inimaginable.
Se veía todo esto en las noticias. Estábamos muy perturbados ante tanta arrogancia y grandeza b lanca ENCANTADORA. No se podía viajar.
¡Cuántas urgencias de lesiones en Traumatología, con huesos escayolados por la dificultad grande de resbalar!
La pulcritud se llenó de pisadas y rodadas de los coches en las calles de mi pueblo, y se quitó su aspecto de purificación y ante el azaroso e infeliz trasiego acabó por ser marrón y luego fango grisáceo.
Los montones de la nieve empezaron en los días siguientes a causa de desheladas dóciles y el entorpecimiento fue influjo de ansiedad ante esa realidad que duró una semana.
Mi madre nos dijo esta misiva:
LAS NEVADAS TIENEN SU CULTO ESPIRITUAL RELACIONANDO LO MARAVILLOSO CON PUNZANTE PELIGROSIDAD.
Teníamos en un armario golosinas y las degustamos al lado de la chimenea, admirando y pensando en la lealtad que toda la familia había mostrado: ¡el todos para uno, y uno para todos!
Nos había sido de utilidad lo calmado que lo vivimos y aquella estampa de límpida nevada era la más amplia vivida en décadas, había que retroceder a medio siglo antes.
Mi abuelo de 80 años no había visto en su vida nada igual, era agricultor y sentía mucho dolor por tantos ollivos con las ramas chascadas con el peso de los copos después de 24 horas encima.
Quiero terminar este relato dando la enhorabuena al servicio de METEOROLOGÍA, que casi nunca se equivoca, y a los voluntarios de la Cruz Roja que subió a la cumbre de la montaña de los Pirineos a rescatar a algún montañero distraído en esta situación agigantada a la vez y portentosa.
La mujer hoy día sale en los INFORMATIVOS con todos los datos del clima al momento. Y maneja el ordenador y el volante con la eficaz destreza en el convivir con el hombre.
Cone sta exoeriencia vivida hemos quedado más que satisfechos del efecto y el rigor del MEDIO AMBIENTE.
Esta problemática existencia, es una vivencia multicplicada por los confinamientos de media España por contagios de una pandemia que es un infierno, creando miseria, paro y hambre. Si salimos con vida será por la creación de vacuna, todos los gobeiernos poniendo el hommbreo para que superemos tanta tristeza.
Hay personas que se refugian en la religiosidad.
Yo rezo muchísimo y tal vez se mejore tan peculiar revulsión de fenómenos inesperados y perversos.
No quiero ser catastrofista, ahora mismo estoy llorando por todo lo que vivo y leo.
El calentamiento global de la Tierra produce estas estas catástrofes, cada vez hay muestras del furor con que la vida natutal está enferma de desquilibrio contaminante.
Vemos:
INUNDACIONES
TERREMOTOS
AVALANCHAS
HELADAS
HURACANES
etc, etc
Son fenómenos que hacen meditar ¿Qué será del planeta dentro de unas décadas’
Yo creo que vamos a ser capaces de esuilmar la sutil belleza del arbolado de los bosques con INCENDIOS donde todo perece: flora, fauna y espiritualidad del paisaje.
Ahora el coronavirus nos está diezmando y tantos muertos originan tristeza y desolación.
No se celebran las fiestas en su HONOR POR TANTA Y BONDADOSA COSECHA.
Es terrorífico lo que estamos viviendo.
Asistimos a una era que hay que bautizarla con el nombre de DESASTRE.
Y las relaciones sociales se han reducido que no se puede hablar nada más que en el WhatsApp.
O es el teléfono por miedo al CONTAGIO.
Una madre acoge a sus hijos con mucha preocupación y con pena los ponen mascarillas tan pequeñitos.
Una maestra vive con ansiedad la enseñanza porque los movimientos de la cara:
SONRISA
ENFADO
En los que reforzaba su aprendizaje, la cara tapada y solo los ojos no es suficiente manera de enseñar. Y en general todas las profesiones están sufriendo muchísimo.